Vicente Ferrer fué un dominico valenciano, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo. Sus viajes de predicación le granjearon el aprecio de la población de distintas regiones de Europa. Luego de su canonización, se convirtió en el patrón principal de la Comunidad Valenciana.
De acuerdo con la leyenda popular, Vicente Ferrer logró varios milagros alzando su dedo índice, razón por la cual lo conocemos cariñosamente como «Sant Vicent el del ditet». En la iconografía se le suele representar con el dedo índice alzado hacia el cielo y un par de mitras en el suelo. Recorrió Francia, pasando luego a la Bretaña, donde transcurrirán los últimos meses de su vida. Encontrándose gravemente enfermo, decidió partir hacia Valencia. Sufrió una terrible tempestad al salir del puerto de Vannes lo que él interpretó como una señal de Dios para que volviera a Vannes a pasar el resto de sus días. Falleció en Vannes el 5 de abril de 1419. Su sepulcro se halla en la catedral de dicha ciudad.
El 29 de junio de 1455 tras votarlo en el consejo de cardenales, Calixto III anunció la canonización de Vicente Ferrer.
Según la tradición, en el año 1411, San Vicente Ferrer predicó en el lugar donde hoy se encuentra situada la Iglesia, en uno de sus viajes entre Xixona y Oriola. En 1.560 se edificó una ermita al Santo, a instancias del caballero alicantino Pedro Maltés. Dicha ermita, fue ampliada y modificada en la segunda mitad del siglo XVIII. El resultado fue un templo de estilo neoclásico, finalizado en 1.803; el resultado fué nuestra actual parroquia.
También nos cuenta la tradición que en uno de los sermones que el »Pare Vicent» predicó en las tierras del Raspeig, un agricultor le preguntó por la sequia de estas tierras a lo que San Vicente le respondió con las palabras que los Sanvicenteros tan bien sabemos:
»Sequet pero sanet»
En nuestras fiestas lo recordamos con gran devoción. Es homenajeado y honrado por todos los ciudadanos del »Poble de Sant Vicent». En las Salvas al Santo Patrón, que se celebran el Domingo de nuestras fiestas, a media noche, a las doce en punto, es sacado a la puerta del templo bajo el repique de las campanas. Escondido el repique, se entonan los gozos del Sacro apostol Valenciano y los festeros le ofrendan sus tiros únisonos con sus trabucos y arcabuces.
El lunes al que se le llama popularmente »De San Vicente» se efectúa la ofrenda de flores donde todos los festeros muestran en forma de flor, el cariño hacia su patrón.
Y por último, el mismo lunes se realiza la Procesión del Santo Patrón. La talla de tres metros que tan celosamente custodiamos en nuestra iglesia, sale de su hogar durante un breve tiempo en una gran carroza donde las comparsas, delante de él, procesionan en honor »Al pare de San Vicent»